sábado, 5 de enero de 2013

Ilusiones pequeñas. Grandes ilusiones


Nunca me han gustado las preguntas del tipo "¿Qué tal los Reyes? ¿Te han  traído muchas cosas?", cuando se vuelve al trabajo después de ese día que todos se empeñan en denominar  "mágico".

A mí la magia me duró hasta los siete años. Luego yo era la encargada de que el resto de mis hermanos siguiera creyendo por un tiempo en esa "magia". En mi casa los magos siempre han sido modestos. A la vuelta de vacaciones, el recitado de nuestros regalos no podía competir, ni de lejos, con las largas listas de juguetes, casi todos con pilas y requeteanunciados en la tele, que habían recibido de Sus Majestades compañeros de clase que se portaban mucho peor que nosotros y, por supuesto, sacaban peores notas. Ellos recibían las regias visitas en su propia casa, en la de los abuelos, tíos. Incluso en casas de vecinos.

Debo decir que fue una bendición que ninguno de los hermanos mantuviera esa "ilusión" más allá de los ocho años. Nosotros no éramos tontos y a esa edad hubiéramos empezado a pensar en lo injustos que eran los Reyes, y la reacción lógica de cualquier niño hubiera sido odiarles.

Ya de mayor, y con niños pequeños, sí me hacía ilusión todo el ambientillo de Reyes Magos. A mis hijos les encantaba la cabalgata. No la grande, a la que nunca han querido ir, sino la del barrio, modesta, con cuatro carrozas, un señor en cabeza que lanzaba fuegos artificiales y Reyes mal disfrazados que repartían muchísimos caramelos. Siempre volvíamos a casa con un kilo por lo menos. Aún recuerdo a mi pequeña, emocionada porque "la había mirado Baltasar" y al mayor, que iba en cabeza, con sus amiguitos, siguiendo al señor de los cohetes, que, como moderno flautista de Hamelín, estaba rodeado de toda la chiquillería.

Lo que nadie cuenta es la pesadilla de montar cualquier juguete. Los peques tienen que encontrarse la cocinita, o el cochecito, o el galeón pirata, ya montados. Así es que, o se arma todo, con paciencia, antes del gran día, o la mañana de Reyes será una mañana de pesadilla. Yo he tenido la gran suerte de que mi marido siempre ha montado todo estupendamente.

Pero ahora mi situación es la ideal. Con hijos adolescentes, los Reyes o Papá Noel son cosa de todos. 
 Mis "niños" siempre compran algún detallito para los papás y, nosotros, lo que nos piden, que nunca es nada exagerado. Y siempre queda el recurso de regalar algún billete, que es sencillo y es lo que más agradecen en estas edades.

Los regalos que yo recibo no pueden competir en valor económico con otros, pero me dan muchas más satisfacciones.  Cualquier colonia, collar , libro, pijama... me vale,   porque indica que mi marido o mis hijos han pensado en mí. El libro que asomaba ayer por la ranura del buzón, regalo de un bloguero invisible, también es una nueva ilusión. "Las caras del tigre" de Alfonso Mateo-Sagasta. No me suena nada el autor ni la obra, pero el comentario de la contraportada suena atrayente. Mezcla de temas de seguros (y yo, que trabajo en un Banco, dónde ahora se venden seguros y más seguros...¡qué casualidad!) y trama policiaca. ¡Gracias por tu obsequio, desconocido bloguero! Me ha encantado tu deseo de un 2013 lleno de lecturas maravillosas y enriquecedoras.
                                                       
Y en estos días navideños, en que he tenido alguno libre, sin acordarme de mi ventanilla para nada, he disfrutado de muchas pequeñas cosas. Poner una bonita mesa para el día de Nochebuena. Disfrutar con las comidas de mi madre o de mi cuñada. Visitar un Belén con mi familia, hermanos, sobrinos. Subir todos a la cúpula de la catedral de la Almudena, ver desde allí el cielo azul y limpio de Madrid, reírnos de la larga cola que había para entrar al Palacio y que veíamos perfectamente desde la altura. Hacer bizcochos, que comeremos esta tarde, con un buen chocolate, en una particular celebración familiar de la víspera de Reyes.  Caminar al atardecer por los alrededores, con mi marido, mientras vemos pasar trenes con gente que mira a través de otras ventanillas. Pasear bajo el sol de diciembre, sola, sentarme en un banco y seguir leyendo el libro que me ha regalado mi hija, "La sombra de la sirena" de Camilla Lackberg, que me tiene completamente enganchada.

Empieza bien mi año 2013. Con ilusiones pequeñas. Pero son mis grandes ilusiones. En lo cotidiano se encuentra mucha felicidad.


10 comentarios:

  1. Un texto precioso y con tu peculiar estilo. Tengo entendido que el libro es muy bueno, así que espero que disfrutes con su lectura.

    Ya he añadido un resumen a la Crónica. Y ya sabes, cuando te pregunten el lunes "¿Qué tal los Reyes", ni caso.

    Un beso.

    Un beso.

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    1. Me han encantado tus palabras en tu blog. Como te "curras" lo del bloguero invisible, con comentarios para todos los participantes. Y todo tan bien escrito. Me iré pasando por todos los blogs. Besos.

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  2. Que bonito post Zarzamora, me ha encantado. Yo ni siquiera recuerdo disfrutar de los Reyes, pues en mi casa siempre han sido muy prácticos y mi padre nos lo contó muy pronto aduciendo que no se tiene que engañar a los niños. Yo no tengo niños pero cuando los tenga pienso celebrar los Reyes por todo lo alto, que para eso son niños y es lo que les toca.

    Muy buena elección el libro de tu hija, te comento, aunque ya lo sabrás, que la escritora tiene publicados un montón de libros anteriores a ese y son igual o más adictivos. Eso sí, si te decides a leerlos intenta empezar por el primero porque aunque en cada libro se trata un caso independiente, la vida de Patrick y Erica si que tiene una evolución.

    Que disfrutéis esta tarde del chocolate! Felices Reyes guapa!
    Besos!
    LIM
    laseternaspalabras.blogspot.com.es/

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    1. He leído todos los libros ordenadamente y me han encantado. Este último también, pero el final... pide a gritos otro libro.
      Cuando tengas niños o sobrinos te encantará Papá Noel o los Reyes Magos. Pero si un niño duda, hay que decirle la verdad. Esas frase típicas de los padres que quieren alargar artificalmente la ilusión: "Para mí los Reyes han existido y existirán siempre" " Los Reyes existen siempre que lo creas en tu corazón", son un insulto a la inteligencia de los hijos. Además, les hace la misma ilusión o más, ser depositarios del gran secreto: la verdad sobre los Reyes, que conocen antes que primos o compañeros de curso.
      Muchos besos y gracias por seguirme.

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  3. Me alegro mucho que te haya gustado tu regalo del bloguero invisible y también la coincidencia del azar en enviarte un libro sobre seguros, que tiene que ver en cierta medida con tu trabajo. No puedo estar más de acuerdo con el post que has escrito y es que la vida no es justa, pero debemos mantener nuestras pequeñas ilusiones. Y las ilusiones son como los pequeños momentos de la vida, que son los que hacen especial la propia vida. Hay muchos que ni siquiera los distinguen, ni siquiera los reconocen, y claro, se les pasa la vida, casi sin saberlo. Un abrazo y que descanses en esta noche de Reyes.

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    1. Me he acercado a tu blog y me gusta mucho. Voy a coger tus ideas de envoltorios. Hoy he comprado una cosa en "El gato pretto", me han dado la bolsita y me he acordado de tus manualidades.
      Me alegra que coincidamos en la importancia de las pequeñas alegrías. Besos.

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  4. La Navidad siempre me ha gustado. Hay mucha gente que no. En cuanto a los SS MM los Magos (de Oriente) No digamos. Que se quite el JO JO JOOOO... El Olentzero etc. Donde estén Esos Reyes en sus majestuosos camellos rodeados de pajes de las ilustraciones de libros, que alguno he conseguido... no hay color. En mi pueblo los juguetes se dejaban en la ventana, en la parte de fuera. Porque los reyes no en traban en casa. Eso que en Burgos iban a caballo. Una cabalgata austera, como correspondía a la ciudad y a la época 1955. Era servida y organizada por el Ejército. No podía ser de otra manera en una ciudad castrense y levítica. Pero para entonces ya había perdido la fé. Así que no me sorprendió mucho. Hasta otra. EL RÉPROBO

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    1. Es que en Burgos un 5 de enero ¡como para dejar la ventana abierta esperando a Sus Majestades! ¡Vaya frío!
      Hablas de austeridad, pero ya quisieran ahora muchas pequeñas cabalgatas montar a sus Reyes en caballos, y no en remolques con escapes de humo negruzco.
      Creo, Réprobo, que eres un soñador y más admirador de los Reyes que nadie. Besos.

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  5. De tu post, que se siente sincero, aunténtico y que me ha encantado, me quedo con una frase, la última: "en lo cotidiano se encuentra mucha felicidad". Qué gran verdad!

    Bueno, y que he conocido tu blog gracias a la iniciativa de kayena, y venía a dejar unas palabritas.

    Espero que disfrutes de ese libro, y encantada.

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    1. Muchas gracias. Me encanta recibir nuevos visitantes. Besos.

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